Instagram

domingo, 29 de junio de 2014

Nivel 2 del curso Total Inmersion

Foto de familia tras el cursillo
De las tres disciplinas del triatlón, la natación es sin duda la más antinatural, pues se desarrolla en un medio extraño (comparado, por ejemplo, con la cerveza). Ya en serio. Los resultados en el primer segmento están determinados por la técnica de natación, ya que avanzar rápido en el agua se consigue nadando bien, no nadando fuerte.



El brazo no debe pasar por debajo del cuerpo
Soy muy consciente de ello, y de que mi técnica es bastante mala (no hay más que mirar los resultados), y por eso en su momento me apunté al Nivel 1 de su técnica que organiza Total Inmersion, el dedicado a equilibrio y deslizamiento. La mejora fue espectacular. Pues bien, el fin de semana pasado hice el Nivel 2, la parte dedicada a respiración, propulsión y velocidad. El curso incluía también una sección dedicada a natación en aguas abiertas, con consideraciones muy interesantes sobre corrientes, orientación, entrenamientos en grupo...

La mecánica es la misma: una parte teórica, grabación en la piscina grande (de 25 m. en este caso), y ejercicios en la piscina pequeña. El esquema se repite por la tarde, donde se deben apreciar las mejoras de la mañana a la tarde.

Los pies no deben salir del agua
La idea en la que se basa el cursillo es una especie de prolongación natural del primero. Partiendo de las bases adquiridas: deslizamiento, cuadrante, suavidad... se añaden otros elementos, con lo que los gestos a los que prestar atención se multiplican: sincronización de la patada, postura del brazo en el agarre, respiración...

La velocidad, manteniendo todo bien organizado, debería venir sola. La idea de Total Inmersion al respecto es mantener el avance de cada brazada aumentando ligerísimamente la cadencia. Para entrenarlo se sirven de un temporizador que emite pitidos de forma controlada y que se mete debajo del gorro. Me parece un avance, pero el Tempo Trainer lo reservo para cuando haya mejorado más la técnica.

Particularmente sí creo en la filosofía que está detrás de una forma de natación basado en la eficacia más que en la potencia. Además, todo lo que sea reservar fuerzas para las disciplinas posteriores de un triatlón suena razonable, más aún en distancias más largas. El objetivo, con todo, es mejorar la velocidad de crucero en todas las pruebas de natación, manteniendo el nivel de esfuerzo. No quiero nadar más relajado de lo que nado, pues no llego nada agotado ni ahogado a la primera transición, pero esa mejora quiero hacerla a través de la eficacia, no gracias a un mayor esfuerzo.

La mano debe entrar más cerca y estirarse
por debajo del agua, no por encima
La pregunta clave es, ¿funciona? En mi caso sí. Al día siguiente del curso, pese a que el fin de semana había comenzado con un triatlón olímpico, estaba en la piscina nadando y prestando atención a los puntos en los que debía mejorar especialmente. En mi caso, mantener el cuadrante, meter la mano más cerca y estirar debajo del agua y no antes. Además, en el agarre del brazo derecho, girar el hombro para levantar más el codo y no meter la mano debajo del cuerpo.

Es verdad que Joseba, el instructor, hace muy bien su trabajo. Comunica muy bien y tiene una gran capacidad de análisis para explicar cómo mejorar y en qué. Incluso qué ejercicios aplicar para cada caso concreto. Ahora me toca a mí asimilar todo lo aprendido. Porque sé que me va a costar, ya que todo lo que tiene que ver con la coordinación, sincronización, gesto técnico... suele atragantárseme. De momento, me he convencido de que dos de las sesiones de piscina sean fijándome en tres de los aspectos claves que puedo mejorar. Estoy, de hecho, siguiendo el siguiente patrón en una de las sesiones:

300 A + 300 B + 300 C + 300 AB+ 300 AC + 300 BC + 300 ABC

donde A es mantener el cuadrante, B vigilar la entrada de la mano en el agua y C la postura del hombro en el agarre. Como siempre llevo el reloj de natación a la piscina, podré ir sintiendo los progresos en los ritmos.

Otra de las sesiones de la semana las dedicaré a pies (sincronizar la patada es un mundo para mí) y respiración bilateral, aunque aún no he decidido exactamente cómo la organizaré. Y otro día nadaré relajadamente una distancia más larga (posiblemente después de una sesión de carrera, casi como remedio sanador).

Otra de las ventajas es que mantiene la motivación por la natación, en la que a veces uno puede desesperarse a fuerza de entrenar y entrenar sin progresar en absoluto. Los resultados más concretos deben de verse a medio plazo, al menos en los dos próximos triatlones de media distancia (en agosto y en septiembre), pero sobre todo me llevo a casa la seguridad de saber en qué aspectos concretos debo centrarme para mejorar. Y eso sí que vale lo que pagas por el curso.

2 comentarios:

Pablo dijo...

Interesante...pero yo dejaria un comentario arriba del todo bien claro que los apuntes a la técnica se ciñen únicamente a IT porque cosas como "los brazos no deben pasar por debajo del cuerpo" o "la mano hay que estirarla dentro del agua" puede dar lugar a malentendidos físicos! jajaja

Habría muchas formas de rebatir esas dos frases jiji

Alegatos contra T.I aparte, me alegro un montón que notes las mejoras! a Fiqui también le debe ir de lujo (y lo he comprobado personalmente nadando con el)

Animo!

Estrella dijo...

A mi TI, me parece un método muy práctico, el próximo día 19 haré el segundo nivel, es como todo, hay que practicar y practicar y practicar, sin grandes tecnicismos, natural y sobre todo que no me canso porque soy capaz de hacer distancias sin agotarme, no soy buena nadadora, me gusta y con este método estoy disfrutando, espero limar fallos en este segundo nivel.
Me alegro Gonzalo del avance que estás teniendo en el triatlón y lo contento que se te ve y disfrutando.