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martes, 17 de septiembre de 2013

Egocrónica: Triatlón de San Juan de Luz

Por una serie de casualidades me tocaba ir solo, sin el apoyo logístico y fotográfico de Julia, así que esta crónica, en principio, no tendrá imágenes salvo aquellas que logre por internet. No se me va a olvidar que el dorsal para este triatlón lo había conseguido gracias a un sorteo de forotriatloi.com. Quizás porque había ahorrado eso me dolió menos pagar peajes y párking subterráneo en el centro de San Juan de Luz, concretamente en el parking Coeur de ville / Hiri bihotza.



Una de las cosas que me preocupaba es que la organización no disponía de guardarropa donde dejar la mochila a recaudo mientras se compite. Incluso lo pregunté al recoger el dorsal y allí me confirmaron que, efectivamente, no lo había, pero que la gente solía dejarlas en una especie de callejón detrás de los boxes, aunque me repitió que no estaba vigilado. Bueno, tampoco tendría por qué pasar nada. Total, si había más gente que lo hacía...

El acceso a los boxes donde dejar las bicis es diferente al de otros triatlones: apenas revisan la bici ni nada, pero no permiten pasar al interior con mochila grande, sólo con aquello que quieras dejar en los boxes.

Me ha tocado uno de los puestos situados al extremo de los pasillos (perpendiculares al sentido en el que se atraviesan los boxes), con lo que tengo más espacio para maniobrar y, además, así será más fácil encontrar la bici a la vuelta. Eso está bien.

Salgo del parc vélo (zona de bicicletas) con el neopreno a medio poner y calzado con las zapatillas de correr, ya que el trayecto entre la playa y los boxes es lo suficientemente largo como para amortizarlas. Además, como no se tardan nada en quitar y poner, mejor éso que correr descalzo sobre un asfalto por momentos descarnado.

En la playa

Negociando la primera boya de giro. Foto extraída del
facebook de la Sociedad Ciclista Rebonza
(https://www.facebook.com/screbonza)
La primera de las sorpresas es la disposición de las boyas. El recorrido no es el anunciado en la página web, sino que se trata de un recorrido a doble vuelta con salida australiana. No es difícil de seguir, y el hecho de salir a la playa creo que es bueno: me permitirá situar cuánta gente queda detrás y, además, saber efectivamente que he cumplido la mitad del recorrido. Si además implica que las boyas están menos lejos, pues más fácil será verlas en la distancia y orientarse, ¿no? Otro participante me ayuda a cerrar el neopreno. A ver si consigo esta vez no hacerme una rozadura épica en la nuca.
Ese tipo de cosas están explicándonos en el briefing sobre la arena. Las pulsaciones van subiendo y, finalmente, se da la salida. Como suelo hacer, me coloco en la parte trasera del grupo. Asumo que mi ritmo de crucero es de los lentos y prefiero tener terreno despejado lo antes posible.

Nado con calma, regulándome, pero cuando salgo a la arena por primera vez, después de haberme llevado ya una buena ensalada de golpes de toda clase (alguien daba patadas de braza en el agua, porque no me explico de otra manera semejantes golpes), miro el reloj: 22 minutos y pico. No me lo puedo creer. Es un desastre. ¿Cómo es posible que haya ido tan lento? Vuelvo a entrar al agua, pero muy desilusionado. No me lo explico. Pero si no he nadado tan mal. O al menos no tengo la sensación de haber ido tan despacio.

Al rato vuelvo a aplicarme a nadar. Ahora ya con menos gente alrededor, pero conociendo el circuito, se hace más entretenido. El primer tramo hacia la izquierda y luego el largo paralelo a la orilla, para tras un giro de más de 90º, apuntar hacia la boya que lleva al arco hinchable bajo el que hemos salido a la carrera.

Al volver a salir al agua vuelvo a mirar el reloj: 45 minutos. Bueno. Habida cuenta del tiempo de la primera vuelta, haber tardado lo mismo en la segunda quiere decir que al menos he nadado mejor esta segunda mitad. O que al menos me he orientado mejor.

Hacia los boxes

Después de cruzar la playa hay que salir de la misma por unas escaleras que parecen una pared, ponerse las zapatillas (que muchos hemos dejado colocadas sobre una tapia) y trotar hasta el lugar donde se encuentran las bicis. Poco a poco va pasando el mareo de salir del agua. Un par de minutos después, beber un poco para quitarse el sabor a salitre de la boca, terminar de quitarse el neopreno, ponerse gafas, casco... y a pedalear. El que corre delante de mí para salir de los boxes se para en seco al montarse en la bici y casi me lo llevo puesto. Por poco.

También han cambiado el recorrido respecto al anunciado en primer término. Pero eso ya lo sabía. Siguen siendo dos vueltas de 20 kilómetros, pero en sentido contrario, lo que implica casi dos kilómetros más para llegar a una rotonda antes de tomar el desvío que te saca de la carretera principal para volver a San Juan por una secundaria. Primero se callejea un poco para salir hasta una carretera llana en la que se rueda con facilidad. Voy cogiendo ritmo y, como no está permitido el drafting, voy recuperando puestos uno a uno, pero de forma constante, lo que me sube la moral. Pero siendo realista, si hasta el minuto 50 o así no estaba ya pedaleando, pocas opciones hay ya de bajar de tres horas. De todas formas, los diez primeros kilómetros son rápidos, con una media de casi 35 km/h, y me hago ilusiones. Quizás sí se pueda. Pero la vuelta no es tan rápida. Hay un repechillo de algo más de un kilómetro y medio, el viento que entra del mar ya no sopla a favor... y la media baja lo justo como para quedarse en torno a 31 km/h.

Aprieto más hasta que voy llegando a zonas en las que ya apenas adelanto a nadie. ¿Debo exprimirme en la bici o reservar sólo un poco para correr? ¿Qué será más eficiente? Decido apretar, pero no a tope. Creo que es la prueba en la que más he amortizado los acoples, pues sólo los he soltado en el repecho y en la parte de callejeo más enrevesado. ¿Cuánto habría ganado con unas ruedas de perfil? ¿Y con una cabra?

Segunda transición

Con no muy buena cara al terminar
Finalmente llego al sector a pedestre sin apenas posibilidades. Para bajar de tres horas debería correr a 4:30. Y eso es algo que quizás pudiera hacer... si no hubiera nadado antes un kilómetro y medio y pedaleado durante más de una hora, claro. Me fijo un ritmo de crucero de 5:00, que me sirve para ir adelantando gente sin dejarme los pulmones en el esfuerzo. Podría apretar algo más, pero sólo me serviría para estar machacado la semana que viene. La verdad es que me siento un poco desmotivado una vez que sé que no voy a bajar de esas tres horas que vienen resistiéndose toda la temporada. Sólo acelero el paso para compensar el tiempo perdido en los avituallamientos (en los que bebo mientras camino diez pasos) y cuando, inevitablemente, me pico con el único corredor que me adelantó en el último sector, ya a falta de un kilómetro para meta.

La experiencia internacional

La organización ha estado bien, aunque con cosas diferentes a las que estoy acostumbrado: no revisan la bici, pero tampoco dejan entrar en los boxes con mochila. Luego, esa transición tan larga, aunque supongo que eso tiene que ver con las limitaciones del entorno. El recorrido ciclista, muy bonito. Sobre el recorrido a pie, pues un tanto enrevesado, aunque en parte por obras y por cuadrar las distancias. Ah, y sobre las distancias, otra cosa; creo que es la primera prueba en la que la distancia a pie, al menos según mi gps, sale más larga que la estipulada. Eso y que nadie controlaba que dieses la vuelta en el extremo alejado del circuito.

Los avituallamientos en carrera, muy frecuentes, supongo que al coincidir el recorrido con los del Ironman y medio Ironman, que estarían mucho más necesitados. Otra cosa sobre el recorrido: pensaba que el hecho de compartir trayecto con el resto de distancias sería un inconveniente, pero la realidad es que anima la carrera realizar el recorrido de gente que había empezado a nadar cuando yo todavía no me había despertado a 130 kilómetros de distancia. Sólo por cruzarte con ellos y poder ponerte en su lugar... quizás más adelante.

También me ha llamado la atención lo frecuente que era (era el caso de competidores de la distancia ironman) encontrar que compartían el trayecto junto a su pareja en bicicleta, o llevaban música puesta. Igual en el reglamento federativo francés no está prohibido, no lo sé.

Tiempos y análisis

NATACIÓN (incluido el trayecto hasta boxes):
1.500 m. en la Grande Plage a dos vueltas con salida australiana
48:26 (254/289)

En realidad, en función del puesto, estoy más o menos en mi lugar. Es un puesto 87/100 de categoría masculina. Pero el tiempo es muy superior a los 36 minutos que he tardado en otras ocasiones, o los 18 que suelo tardar en una prueba de distancia sprint. Es eso lo que me hace sospechar que la distancia es mayor a la de otras ocasiones. Pero no tengo pruebas, porque no dispongo de gps en el agua.

[PS. He curioseado en los tracks del sector acuático y, de tres que he encontrado, y cuyos recorridos no eran extremadamente erráticos, salen distancias entre 1,91 y 2,15 kms. Me tranquiliza en parte, sí.

http://connect.garmin.com/activity/376226671
http://connect.garmin.com/activity/376489103
http://connect.garmin.com/activity/377023636

Además, creo que es un mensaje subliminal para asumir que no hay ningún problema en hacer un half la temporada que viene]

T1: 3:14

CICLISMO:
1:21:15 (184/289)
41,52 km. a 30,7 km/h. (gps)

Puesto 63/100. Está bien. Al menos me quedé a gusto. Y la sensación de ir adelantando gente de continuo sienta bien al ego y ayuda a no dejar de pedalear. Me reafirma en la evidente teoría de que los trazados llanos y rodadores me favorecen. Disfruté además de una prueba sin drafting en la que no era necesario penar cuesta arriba.

CARRERA (incluye la T2, supongo)
10K llanos (algo más de 10 según el gps)
52:49 (104/289)
10,3 km a 5:01 (gps)

Puesto 38/100. Es la primera vez que acabo en la primera mitad de la clasificación de ningún segmento, así que tengo que estar contento, ¿no? Y más sabiendo que realmente no fui a tope tope.

TOTAL
3:05:45 (pto. 171/288)

Por una parte, es una decepción no haber conseguido bajar de tres horas. Me ha sobrado un kilómetro a pie, realmente. Quizás si hubiera nadado como en anteriores pruebas, quizás si la primera transición hubiera sido más corta, quizás, quizás… quizás el año que viene. Por otra parte, la clasificación final no es mala, y al final he acabado entrando en el puesto 171 (59/100), lo que significa que he remontado 87 plazas entre la bici y la carrera a pie. Eso está bien, sí. Y, claramente, tengo mucho que mejorar en la natación. Pero eso será otra historia.

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