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domingo, 3 de julio de 2011

ESCANDINAVIA 2011: Las crónicas (2)

SEGUNDA PARTE:
SUECIA Y SU COSTA BÁLTICA

4 de junio
Lund (55,70ºN/13,19ºE) - Katrineholm (58,99ºN/16,20ºE)

SUECIA

Paseo matutino por Lund
Domkirkan, en Lund
Por la mañana, después de que el sol comezara a achicharrarnos a las seis de la mañana (es que el apartahotel abuardillado era una preciosidad, pero una preciosidad expuesta a un sol que aquí a las seis de la mañana da bastante guerra). Por la mañana, decía, hemos dado un paseo por el casco histórico de Lund. Ha sido nuestro primer paseo turístico, lo que nos ha permitido disfrutar de la catedral románica (enorme comparada con el románico rural de nuestra tierra), la plaza del mercado y ciertos paisajes del centro histórico que bien valen esa caminata a horas tan intempestivas. De hecho, a las diez ya estábamos montados en la moto camino de Katrineholm, donde a última hora de ayer habíamos reservado un hotel con encanto. Vamos, con encanto acumulado desde el año 36 concretamente.

Al principio del día tuvimos que deshacer el camino que ayer hicimos desde Helsingborg, ya que en principio pensábamos haber entrado a Suecia por el puente de Oresund, pero al estar cerrado tuvimos que dar una vuelta que ahora nos obliga a deshacer unas decenas de kilómetros. Qué más da. Estamos contentos. Hace bueno, estamos cansados porque no hemos dormido demasido por el sol pero ya estamos en Escandinavia. Así que ahora toca seguir avanzando hacia el norte.

Área de descanso de Skjöboda
Área de descanso de Skjoböda
Una de las primeras paradas del día la hacemos en un área de descanso con vistas a un lago. Objetivamente, es un lugar al que iría gustosamente a comer sólo por el hecho de disfrutar de las vistas. Más adelante comeremos en un Burger King, y poco después dejaremos la autopista para ir por una carretera nacional recta y aburrida, pero rápida y práctica. Habitualmente tiene tres carriles, uno en un sentido y dos en otro. Al final del día habremos recorrido algo más de 500 kilómetros, dos tercios de ellos por la E4, una carretera cuyos más de 2.000 kilómetros recorrermos casi completamente en los próximos días. Además, hemos llegado a Katrineholm  a tiempo de dar un paseo por la ciudad  y buscar una terraza donde cenar al sol.

5 de junio
Katrineholm (58,99ºN/16,20ºE) - Sundsvall (62,39ºN/17,31ºE)

SUECIA

Castillo de Wik
Castillo de Wik
Poco a poco iremos dejando los lagos del centro de Suecia para ir hacia la costa báltica por la carretera E4. Avanzamos por ella a buen ritmo. Es fácil de recorrer, rozando lo aburrido, pero la escala nórdica de los paisajes (para los que estamos acostumbrados a los valles más cerrados y enrevesados del norte de España) compensa lo simple del trazado, eminentemente rectilíneo.

Aprovechamos para parar a descansar los desvíos a los sitios pintorescos. El primero en el que paramos es Wiks Slott, que significa, por lo que pudimos ver, castillo de Wik. Apuntamos una nueva palabra en la lista de palabras suecas y disfrutamos del descanso haciendo fotos al castillo, donde las suecas aprovechan cada rayo de sol para tumbarse en una toalla e intentar, habitualmente en vano, broncearse.

Embalse de Alvkarleby
Embalse de Alvkarleby.
La siguiente parada, ya para comer, fue en una presa preparada para la pesca de salmones. La verdad es que la pesca es el deporte rey en toda Escandinavia: ni hockey, ni fútbol, ni esquí nórdico. Lo que más les gusta es pescar, y en cada rincón ves a gente cargando con cañas camino de la orilla de algún río o lago. En un desvío posterior daríamos al azar también con un embarcadero ya acostado sobre el mar Báltico. Los siguientes mil kilómetros los pasaremos a su vera, aunque la carretera E4, que llega hasta Finlandia, pasa cerca de la costa, pero sin estar exactamente situada en el litoral. Las vistas son más de carretera de interior, con bosques y lagos, pero al menos está al abrigo del aire frío que llega del Golfo de Botnia.

Tras otros quinientos kilómetros aproximadamente llegamos a Sundsvall, una ciudad portuaria de poco más de 50.000 habitantes caracterizada por estar construida en piedra en estilo prusiano. De hecho, si la recorres dando un paseo, tienes la sensación de estar más en Centroeuropa que a 62 grados norte. El caso es que la ciudad, que originariamente era de madera, se quemó por completo en 1888 y como la financiación para su reconstrucción fue obra de los alemanes (interesados por el comercio con la zona), lo hicieron siguiendo el estilo . Por eso mismo es hoy una ciudad exótica en el país, conocida como Stenstaden ('ciudad de piedra')

6 de junio
Sundsvall (62,39ºN/17,31ºE) - Lulea (65,58ºN/22,16ºE)

SUECIA

Iglesia y cementerio de Grundsunda
Cementerio de Grundsunda con su campanario exento de madera.
El 6 de junio es festivo en Suecia. Afortunadamente, y gracias a la guía que llevábamos en el baúl, estábamos avisados. No nos impidió seguir con el plan previsto: continuar avanzando hacia el norte por la E4. El momento más tenso del día, después de que, nada más entrar la reserva, haber dejado pasar una gasolinera pensando que en la próxima estaría eso, próxima. Pues no. Tocó pasar a conducción económica, porque hasta que no llevábamos más de 400 kilómetros de depósito, no apareció otra gasolinera. De hecho, entraron casi 17 litros en un tanque que tiene una capacidad nominal de 16 litros. No me preguntéis cómo.

Clásicos americanos en Grunsunda
Clásicos americanos. En Suecia vimos muchos.
Las paradas del día fueron especialmente bonitas, además. La primera, en el cementerio de Grundsunda, donde además del reclamo que suponía el cementerio con su campanario de madera, una concentración de coches clásicos americanos animaba el ambiente. Más adelante, ya en la costa báltica, encontramos un lugar donde comer de lujo, una especie de merendero en mitad del césped y con vistas al mar y las islas Knaven. La gracia, eso sí, es que la carretera que nos devolvía a la E4 estaba sin asfaltar. No es que estuviera en obras, sino que era así. De todas formas, estaba afirmada de tal forma que se puede decir que he circulado por carreteras con asfalto pero más incómodas o difíciles.

Embarcadero de Langvind en el Báltico
Embarcadero en el Báltico
Así hasta que llegamos a Lulea, donde justo en el momento de aparcar la moto frente al hotel, saltó el chivato de que se había fundido una bombilla. Se trataba de la luz de cruce, así que por lo menos teníamos práctica cambiándola. Además, en un alarde de previsión, llevábamos repuesto. Cogimos una plaza de garaje para poder trabajar cómodos en la moto y en menos de la mitad de tiempo que la vez anterior (bajo una marquesina durante una tormenta en un viaje por el sur de Francia) resolvimos el problema.

CRÓNICAS (en este blog)

 1  Primera parte: objetivo Escandinavia

 3  Tercera parte: Finlandia, el Círculo Polar y Cabo Norte

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