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viernes, 1 de julio de 2011

ESCANDINAVIA 2011: Las crónicas (1)

PRIMERA PARTE:
OBJETIVO ESCANDINAVIA

1 de junio
Bilbao (43,25ºN/2,93ºW) - Saran (47,95ºN/1,85E)

ESPAÑA, FRANCIA

Área de descanso en la A63, a la altura de Labenne
La moto en un área de descanso de la autopista
El día anterior ya había dejado la moto cargada en el garaje mientras Julia llegaba del trabajo. Un poco de tetris previo había permitido, además, que la ropa (envasada por tipos en bolsas para congelados para poderla prensar y que fuera fácil hacer y deshacer la bolsa interior de la maleta) entrara en su continente. El baúl también estaba lleno y, por primera vez, llevábamos un petate atado por encima del baúl. En él llevábamos principalmente comida, pues los precios nórdicos invitan a ajustar el presupuesto de los pobres habitantes del sur de Europa. La bolsa sobredepósito queda reservada, eminentemente, para las cámaras fotográficas. Así que salimos, y como las dos primeras etapas son de transición pura y dura, cogemos la autopista desde el principio. Aunque sea de peaje. Se trata de avanzar, de hacer kilómetros hacia el norte. Y eso hacemos: dejamos atrás la lluvia en Vizcaya, los viñedos de chacolí de la zona de Getaria, los pinares de Las Landas...

Las paradas son sólo para comer (estrenamos los útiles de pic-nic que compramos poco antes en una escapada al Décathlon) y repostar, amén de los peajes. De esa forma, cansados más por el aburrimiento de la autopista que por el esfuerzo físico, llegamos a nuetro destino antes de las nueve de la noche. Esa noche nos alojamos en un hotel Kyriad en Saran, una población adosada a Orléans. Como el de la segunda noche, lo habíamos reservado por internet a través de booking. Para nosotros es muy cómodo cargar con un miniportátil e ir reservando hoteles con wifi para ir buscando hotel noche por noche. Lo mejor del día es que hace bueno y que, sobre todo, por fin estamos en marcha.

2 de junio
Saran (47,95ºN/1,85E) - Ostbevern (52,06ºN/7,80ºE)

FRANCIA, BÉLGICA, ALEMANIA


Hoy dormiremos a una latitud de 52º. Obviamente, 52 N, porque todo en este viaje es un avanzar hacia el norte. Llevamos dos días de autopista, separados (o unidos, según se mire) por una noche en un hotel de carretera a las afueras de Orléans. Hasta que hemos llegado al segundo hotel que teníamos reservado, una preciosidad de hotel rural en el que las habitaciones son temáticas (la nuestra es la habitación Harley-Davidson), y están en diferentes edificios en torno a un patio desde el que escribo mientras tomo una cerveza. Para algo estamos en Alemania. Bueno, ayer estábamos en Francia y también me tomé una cerveza, así que mejor dejamos los tipismos geográficos para otro momento.

Esta primera fase, al menos hasta que lleguemos a Suecia, procuramos avanzar rápidamente. Nada de carreteras secundarias, nada de rodeos, nada que no sea el camino más rápido. Obviamente, la autopista, sobre todo en Alemania, donde son rápidas de verdad. Qué diferencia con la anterior vez que recorrimos la autobahn. Entonces Antígona (la moto, una BMW F800S) estaba aún limitada. Ahora, los cruceros son mucho más rápidos, por más que el viento se empeñe en lo contrario. Ahora que lo pienso, llevamos dos días luchando contra el aire, que siempre ha soplado a la contra. Supongo que sea algo habitual en la zona. No en vano, hemos visto cientos de molinos de viento, sobre todo desde el centro de Francia hacia el norte: Île-de-France, Picardía. Pas-de-Calais tiene las cunetas de sus autopistas sembradas de aerogeneradores, como si fueran árboles que bordean una antigua carretera nacional, pero a una escala ciclópea.

Mirando la carta de cervezas de una gasolinera
Latas de cerveza de litro en una
gasolinera alemana (foto farandwell)
Hemos pasado al oeste de Alemania a través de Bélgica, que hemos atravesado a la altura de Lieja, para entrar por Aquisgrán. Antes, a primera hora del día, habíamos atravesado París por sus radiales. De hecho, si me dicen que iba a ver París y no iba a parar, ni me lo creo. Casi del mismo modo hemos atravesado Bélgica, reconociendo el nombre de sus ciudades a partir de los carteles de los desvíos de la autopista. Todo lo más, hemos repostado en ese país, pero pese a la ausencia de gobierno, hemos tenido que pasar la tarjeta por la máquina para pagar la gasolina.

En Alemania, la autobahn es protagonista. Tanto, que parece que puedas llegar a cualquier sitio sin salir de su asfalto. Nosotros, de hecho, para llegar a un hotel bucólico y rural, hemos tenido que alejarnos sólo diez kilómetros de ella. Ahora, a la vista de la velocidad a la que se puede circular de forma segura por ella, y de su precio (en Alemania las autopistas son gratuitas), quizás, a la vuelta, convenga volver cruzando la mayor parte posible de Alemania y no tanto por Francia. Eso, por no mencionar los atascos que rodean París.

Habida cuenta de que en Francia, en el hotel de Orléans me tomé una cerveza, en Alemania pedí vino para cenar. Como tiene que ser, pero al revés.

3 de junio
Ostbevern (52,06ºN/7,80ºE) - Lund (55,70ºN/13,19ºE)

ALEMANIA, DINAMARCA, SUECIA

Camino de Lund al 'atardonochecer'
Primeros kilómetros por Suecia (foto farandwell)
Hay varias opciones para pasar a la península de Escandinavia por carretera. Si no quieres bajarte de la moto, la única opción es subir por la península de Jutlandia, ir de ahí a Copenhague y dejar Dinamarca por el puente Oresund, que comunica la zona del aeropuerto de la capital danesa con Malmo, en Suecia. Nuestra idea, de todas formas, era prescindir de Dinamarca en lo posible (ya habrá otra ocasión de visitarla) y llegar a Escandinavia sin dilación, así que en Puttgarden cogimos un transbordador a Rodby, en una de las islas danesas más próximas a Suecia. Queríamos pasar por el puente Oresund, pero estaba cerrado, así que tuvimos que darnos media vuelta y pasar de Helsingor (Dinamarca) a Helsingborg (Suecia) en otro transbordador. De esa forma, después de haber pasado por autopistas atascadas por las obras en los alrededores de Hamburgo, fue como pisamos Escandinavia por primera vez. En tres días habíamos llegado a la siguiente fase del viaje, Suecia, en la que procuraríamos mantener un buen ritmo hacia el norte, pero sin la prisa y parando a disfrutar del entorno.

CRÓNICAS (en este blog)

 2  Segunda parte: Suecia y su costa báltica
 3  Tercera parte: Finlandia, el Círculo Polar y Cabo Norte

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