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lunes, 13 de noviembre de 2006

Cuando los poetas diseccionan el amor se obtienen resultados impredecibles

Luisa Castro: 'La segunda mujer'

Siempre he admirado a Castro como poetisa, sobre todo desde 'Los hábitos del artillero' (1990), que me llevó a 'Los versos del eunuco' (1986) y, más recientemente, apenas hace un par de meses, a 'De mí haré una estatua ecuestre' (1997). Pero no había leído ninguna de sus novelas. Suelo desconfiar de los poetas metidos a obras narrativas como de los arquitectos metidos a urbanistas, o de los ingenieros metidos a diseñadores. Pero debo desdecirme, porque precisamente la arquitectura del relato sostiene a los personajes con solidez. El lenguaje es sencillo, quizás con la pretensión del boceto, pero sin apenas perderse en digresiones que hacen que el lector se salte párrafos en busca de la información que requiere del libro: qué pasa con los personajes. Léelo, yo te lo presto, quedamos para tomar -tú un café, yo una cerveza- y comentarlo.

5 comentarios:

mc clellan dijo...

Me apunto... Suena interesante, y si tú lo recomiendas, me fío, como de El Caserío. Yo acabo de empezar una novela intersante: 'Hipotermia', de Álvaro Enrique. El protagonista es un escritor que nunca fue escritor... Besos allende los mares, donde el café es otro mundo.

Anónimo dijo...

Meterse en este blog es como ir a una fiesta donde no conoces a nadie y encima hablán francés y tú en el colegio estudiaste inglés. ¿Poetas? ¿Amor? ¿Hasta dónde vamos a llegar?

Anónimo dijo...

Pues regámelo por Navidad.
Tu padre

Celestina dijo...

yo tambien me apunto.
quiero leerlo!
quiero esa caña!

Gonzalo dijo...

Papá, empieza por el de Sabina que dejé "casualmente" en la mesa del salón.

Celestina, no dejes de leerlo. De verdad.