
Ahora sólo queda acabar la parte de la temporada dedicada a los duatlones con la prueba de Bilbao, de distancia sprint, y con el aliciente de que los tramos a pie se desarrollan por donde habitualmente salgo a correr (en torno a la Ría, entre el museo Guggenheim y el Palacio Euskalduna). La parte ciclista consiste en subir a Artxanda por Enekuri y bajar por el mismo sitio. No será agradable con lluvia (y las previsiones hablan de bastante agua, no sólo sirimiri), pero tampoco parece el trazado más peligroso con agua. Al menos, eso quiero pensar.
En todo caso, el objetivo para este último duatlón de la temporada es no machacarme demasiado, ya que al día siguiente quiero participar en una marcha de BTT, la Pedales de Hierro (Trapagaran), en la que me inscribí hace ya bastantes semanas. Pero bueno, me conozco, y sé que me exprimiré el sábado y penaré el domingo. Se admiten apuestas.
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