Instagram

viernes, 4 de julio de 2008

Un millón de metros con Estela: bizarre love triangle


Recientemente he cumplido los primeros mil kilómetros a lomos de Estela. Y, la verdad, he disfrutado como un enano. Cada uno de ellos. Con las limitaciones propias de la potencia servida con cuentagotas, es cierto, pero también tratando de sacarle partido al empuje de cada uno de los caballos de este monocilíndrico de octavo de litro.

He seguido el rodaje a rajatabla, y he disfrutado haciéndolo, viendo que poco a poco me acercaba a la frontera de la primera revisión. Por el camino, hemos aprendido algunas cosas: reducir delicadamente sin bloquear, a mover ligeramente el culo del asiento para tomar algunas curvas, a aparcar sin consumir 1.000 calorías en maniobras bajo la chupa de cuero. Hemos aprendido mucho sobre qué ropa llevar, la comodidad de la mochila sobredepósito, a sacarle partido al GPS del móvil... Todavía, confieso, organizamos colas de coches en las carreteras reviradas. No me preocupa, pero he visto adelantamientos en continua que vosotros ni imaginaríais. Recuerdo que bajando un pequeño puerto el primer día que salimos más allá del camino al trabajo, un ciclista llegó a enseñarnos la rueda en una curva. Sí, como lo leéis.

Hemos descubierto que lo más nos gusta es salir de casa por la mañana, activar el programa de memorización de recorridos en el teléfono, y volver a casa para ver dónde hemos estado. Estela me ha enseñado algo de geografía local. Llevo más de ocho años en esta ciudad y sólo conocía la parte próxima a las estaciones de metro.

Tenemos nuevos planes y objetivos. Le he regalado unas alforjas, una bolsa sobredepósito más grande y, entre los dos, ya pensamos en dónde vamos a llevar a la pasajera. Se están haciendo muy amigas Estela y la pasajera, y ahora entre los tres planeamos viajes en vacaciones.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No está mal. No muchos sobrevivimos a los primeros mil kmts. ¿Para cuando una ruta por montañas Cántabras?. Puente Nansa-Potes por ejemplo. Venga Gonso, no te hagas el sueco. Por cierto, tu casco es igual al mío.

Gonzalo dijo...

Suena bien. Lo de la ruta por tierras cántabras no creo que se retrase mucho... Jaja, casualidad lo del casco...

Anónimo dijo...

Bueno, supongo que sepas quien soy, ¿no?... Te daré algunas pistas. Un profe nuestro de lengua era "el fonema". Rompimos "algunas" farolas a cantazos. Y escalar todos los árboles y tejados del colegio viejo era una de nuestras mayores aficiones.

Me resulta curioso ver como mucha gente de nuestra quinta, es ahora motera. Nuestros padres nos lo prohibieron y ahora nos revelamos. A buenas horas!!. Eso si, tras muchas horas de bicicleta...jaja.

Me alegra saber que sigues vivito y coleando, y sobre todo con ganas de hacer cosas. La gente de nuestra generación está de un apalancado e hipotecado que han dejado de vivir.

Estaría bien compatir una rutilla motera, ahora que el tiempo mas menos acompaña. ¿Que me dices?.

Un abrazo.
Antonio.

Gonzalo dijo...

Por supuesto que te había identificado, aunque tu inicial fuera siempre más la T que la A. Me alegró mucho saber que andas viviendo por ahí. Lo de la ruta motera me parece un plan irrechazable, siempre y cuando estés dispuesto a seguir el ritmo de una 125 4T. Escríbeme con tu mail a gdelasheras (arroba) gmail (punto) com y vamos concretando.

Muchos abrazos nostálgicos.

Anónimo dijo...

ok, ya decía yo... Un speed aries sk8.... que tiempos!. Ahora speed aries motor bike!!. Te mando mail.
Y te sigo leyendo.

Un abrazo desde los Mandriles.