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jueves, 9 de agosto de 2007

El horario de los bares también tendrá algo que ver con todo esto


Bilbao termina bruscamente. Se acaba. Encajonado como está, prisionero de su egocéntrico cul-de-sac, tiene las fronteras tan definidas que sobran los carteles con el nombre de la ciudad como si fuera un jugador del Rayo Vallecano.

3 comentarios:

Crapúscula dijo...

Grande, amigo. Y también sobran las comas.

mc clellan dijo...

La palabra que define esta ciudad es esquilmar (en su segunda acepción, para los puntillosos). Asusta pensar que con el tiempo acabará devorando los montes que la rodean. Esos mismos que hacen que vuelva sobre ella misma y que la obligan a respirar el mismo aire caliente y viciado una y otra vez. Bilbao también boquea, como un pez al que se le saca de la pecera para cambiarle el agua.

Anónimo dijo...

Estimada Mctonta:

esquilmar.

(De quima).

1. tr. Coger el fruto de las haciendas, heredades y ganados.

2. tr. Dicho de una planta: Chupar con exceso el jugo de la tierra.

3. tr. Menoscabar, agotar una fuente de riqueza sacando de ella mayor provecho que el debido.

Veo poco probable aplicar a una ciudad la segunda acepción de la palabra esquilmar, puesto que se aplica a una planta...

Ahh, vaya, no me habia percatado que esto es un blog de poetas frustrados y la metáfora sirve lo mismo para un roto que para un descosido... muajaja

Sigo en jazztel... Uhhhh