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domingo, 18 de febrero de 2007

En Tenerife con Amélie y Mario




Estoy todavía en estado de shock. Rojo, y en estado de shock. Y no por ese orden. Lo primero ésta vez tiene que ver más con el sol que con el convenio. Es que acabo de leer 'Travesuras de la niña mala', de Mario Vargas Llosa, y 'Biografía del hambre', de Amélie Nothomb. Tampoco por ese orden.

Amélie Nothomb, 'Biografía del hambre'

Despacharenos a la Nothomb rápido. El libro está bien, en su línea, esa que me descubrió una suegra francesa que tuve y me los regalaba a espaldas de su hija. Otro momento de historia supuestamente autobiográfica de las andanzas de la hija de un diplomático belga en Japón, China y Estados Unidos, entre otros lugares exóticos. Se deja leer bien, aunque el comienzo es algo enrevesado, con esa teoría sobre el hambre. Pero vamos, que se deja leer, y punto. Y tiene momentos infantiles que me han hecho sonreír casi tanto como con 'La vida ante sí' (Emile Ajar).

Mario Vargas Llosa, 'Travesuras de la niña mala'

Pero vayamos a lo bueno. Imagina una historia de un pelele y una 'femme fatale' que persigue al protagonista a lo largo de su vida por Lima (adolescencia), París (el mágico), Londres (el swinging London) o Madrid (Lavapiés mestizo). Imagina que es increíble pero que te la crees. Imagina que te quemas hasta la planta de los pies por no soltar el libro. Imagina que estás perdiendo el tiempo si lo tenéis cerca y no lo habéis abierto aún. Es de esos libros que te reconcilia con la literatura, pero de una forma frustrante, porque no todo el mundo podría escribirlo. Y mira que no acaba caerme simpático el Vargas Llosa, pero es que es una de las mejores novelas que he leído en mucho tiempo.

5 comentarios:

mc clellan dijo...

Vargas Llosa es lo que tiene. No acaba de caer bien, pero escribe como si estuviera prohibido hacerlo. El primer libro suyo que leí fue 'La ciudad y los perros' y aún estoy impactada. De vez en cuando, me asalta esté haciendo lo que esté haciendo.

Gonzalo dijo...

Eso es. No debería estar permitido escribir así. Qué va a ser de todos los que tenemos una novela en un cajón. ¿Qué quieren? ¿Que nos cortemos las venas?

mc clellan dijo...

No, las venas no. Los dedos.

Gonzalo dijo...

Por lo menos que nos dejen los ojos para leer. Ya pasaremos las páginas con la lengua. Las venas las dejaremos largas, de momento.

Anónimo dijo...

Me sumo a la hiperbole: MVLL es un clásico. Suecos, ya es hora del novel, no?