miércoles, 28 de septiembre de 2005
¿Es ya miércoles?
El protagonista de esta historia, que para eso la escribe él, suele levantarse tarde; más bien, es que no suele madrugar. En realidad, no lo necesita: porque trabaja por la tarde y porque prefiere la noche libre a la mañana ocupada. Porque la mañana nunca es tan libre, claro. Siempre hay algo que hacer cuando hay luz: algunas compras, recados, pequeños arreglillos caseros. Ese tipo de cosas que, aunque no se debe, siempre se puede dejar para otro día. Ya es la una, y está aún sin vestir ni duchar, sólo con las gafas y escuchando música. Parece que hoy tardará en llover. Tendrá que ir pensando en ponerse en marcha.
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Inclasificables
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1 comentario:
ante la pereza, diligencia...
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