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miércoles, 20 de julio de 2005

Razones para amar el automovilismo



Por el ruido de los caballos mantenidos a duras penas bajo control. Por el ambiente, mucho más entretenido que el de un partido de fútbol, sobre todo porque prescindes de la dicotomía buenos-malos. Porque después de pasar tres horas viendo la misma curva, eres consciente de que nadie, aparte de ti, ve y escucha desde tu perspectiva. Porque dura todo el fin de semana: algo difícil de conseguir hoy en día. Ah, y por las 'pit-babes', claro; porque sonríen pese a todo, incluso cuando se llevan las manos a la cabeza cuando arrancan los motores... Y porque el título de este post parece una canción de Los Planetas.

4 comentarios:

Carol Blenk dijo...

Y porque Bilbao es una ciudad preciosa para montar algo así. Me tuve que conformar con verlo por televisión.

Un beso

Anónimo dijo...

Me alegra ver fangorianos en la blogosfera. Bilbao muy urbanita, muy bien.
Saludos

Munchausen dijo...

Zirkuitorik ez.

Crapúscula dijo...

Déjame recordarte, mi buen amigo de 20 escalones arriba, que el circuito nos ha tenido Bilbao convertido en un salón devorado por el scalextric, que puede ser entrañable y bonito, pero no eds para todos los gustos.

Por hoy, me quedo con Ratonov, que definió en su blog pasear por la ciudad como hacer la ronda del presidiario. Una ronda que aún no ha acabado....