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sábado, 8 de enero de 2005

Dry Martini

Me han regalado una coctelera por Reyes. O, hablando con propiedad, un vaso mezclador, porque una coctelera es la chica que pone copas detrás de una barra -nota para bilbaínos: el Luzgas, en el Casco Viejo, tiene más de un pase-. Pero bueno, que me pierdo... El caso es que podré hacerme cócteles a tutiplén. Antes de avanzar detalles, ahí van una receta imprescindible:

Al parecer, el 'Dry Martini', no tiene que ver con la bebida turinesa -como pensamos muchos-, sino con un barman neoyorquino de los años veinte, apellidado Martini. Pero vamos, también tiene Vermouth seco, pero francés (Noilly Prat), aunque según la receta original, más bien poco. Pero no os preocupéis, con Martini tampoco sale mal. La fórmula, según Churchil, es sencilla: que un rayo de sol atraviese la botella de vermouth antes de llegar a la coctelera, donde mezclaremos -y agitaremos, pero no batiremos- hielo, lo más seco posible- con ginebra, preferiblemente inglesa -Tanqueray da resultados más que buenos- y serviremos en copa fría con una aceituna y el aroma de una piel de limón. Es cierto que tiene cierto sabor a ginebra, pero está tan bueno... En ocasiones especiales, un poco de angostura lo suaviza todo un poco.

5 comentarios:

Poledra dijo...

Carai, pareces todo un maestro! Habrá que hacer la prueba... ya te contaré ;-)

Carol Blenk dijo...

Uf, uf, leyendo tu post se me ha hecho la boca agua... ¿Sabes? Uno de mis pequeños "antojos" es poner en casa una barra de bar y comprarme cientos de botellas de licores para así poder elaborar todos los cócteles que aún me quedan por probar. Todo un mundo.

Carol Blenk dijo...

Ups, se me olvidaba... Genial tu autoretrato, está muy pero que muy bien hecho. Conseguido, sí señor.

Munchausen dijo...

En climas poco soleados, según Luis Buñuel, produce el mismo efecto pasar la copa de ginebra por delante de la botella de vermú.

Gonzalo dijo...

A Buñuel lo admiro por una frase de 'El discreto encanto de la burguesía', que le dedica uno de los personajes a su querida, con la que podemos deducir que tenía una relación masoquista: "me gustas por lo bien que cicatrizas".