
Cuando pienso en
una imagen clásica del rock, siempre me viene a la cabeza un póster de cartón, recortado y a tamaño natural de Chrissie Hynde, la cantante de The Pretenders. Tengo la imagen tan clara: ese flequillo -que ahora ha vuelto a ponerse de moda, con los consiguientes desórdenes hormonales cuando sale uno a pasear-, la guitarra -con el mástil hacia abajo y apoyada en la cadera-, la barbilla algo levantada, la mirada, entre felina y cabreada... y esa voz -sobre todo en los dúos,
Babe, I got you babe-... y entonces, siempre, como ahora, pierdo el hilo.
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